viernes, 6 de marzo de 2009

Una mentira, un pequeño bolso, montones de esperanzas
desmedidas y nervios que me consumían la vida. Empaqué y me encontré con
él, donde siempre.. Nos íbamos sin rumbo fijo, a ser felices. Era un día lluvioso y también el mejor día de los últimos años. Ese, era uno de aquellos escasos días cuando la realidad puede más que la imaginación; días cuando suceden cosas imprevistas y buenas. Iba a viajar con él hacia algún lugar y solo me importaba ser feliz, con él.No me importa en donde, nada podía detenerme.

1 comentario:

not expectations dijo...

relamente me hiciste lagrimear, pensar que tengo una persona esperando a 400 km de distancia, verle su carita y no poder tocarlo realmente me mata, daria tantas cosas para alterar nuestro pasado que tantas pasadas nos jugò, pero no me niego a un futuro hermoso con el.. solo necesitamos tiempo..

el maldito tiempo...




besos



buena semana