A ella que camina por la vida regalando odio, como sintiéndose superior, a ella que supe bancar en los momentos que nadie estuvo, a ella que me presto un oído y una palabra cuando más lo necesite, a la que sin motivos me acerqué, porque de alguna manera las dos nos sentíamos vacías.
A ella que conoce todo de mí, mis maneras de actuar y de pensar, que supo ANIMARME y MANIPULARME muchas veces a su antojo, sabiendo que lo mío es el “sí” fácil. A ella que demuestra fortaleza, cuando sé que es una muñeca rota, que nos es más que fragilidad, a ella que se desconoce, que intenta ser auténtica pero que no es más que un reflejo de “esas otras”. ..A ella que sin saber, yo buscaba soluciones a sus problemas complejos, que aunque nunca agradeció, yo me sentía feliz por el solo intento de ayudarla o simplemente escucharla, nunca fui buena para los consejos.
A ella que nunca vio en mí lo que la consideraba, hermana, amiga, para mí los títulos dan igual.
No me arrepiento de nada, ni de lo bueno ni de lo malo, agradezco infinitamente haber aprendido de vos y de los errores, para nunca jamás volver a cometerlos.
No me resiento de nada, crezco y me considero cada día un poco mejor persona, pero esta vez sin nadie que me pisotee, gracias, eso lo aprendí de vos, con la diferencia que yo siento, pienso y actuó. NADA ES MÁS QUE YO, claramente, ni vos, ni nadie.
La vida es así, se pierde pero se gana y aunque duela y en momentos de reflexión como esta me ponga a escribir, sé que es un transcurso que sigue, NUNCA SE DETIENE.
No soy mártir, sé que vos tendrás tus motivos, no te culpo, pero la vida se encarga de quién tiene para dar más y quién menos y TODO LO QUE VA VUELVE, es así. Hoy lo puedo ver en mi propio reflejo. Sé que está mal regodearse en uno mismo, PERO ME SIENTO TAN FELIZ! Gané mucho más de lo que perdí…
A ella que aunque quiera odiarla, todavía no puedo.
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